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Macetas tela vs plástico: ¿cuál conviene para cannabis?

Macetas tela vs plástico: ¿cuál conviene para cannabis?

macetas tela vs plástico para cannabis

En Tricoma Grow Shop recibimos una pregunta que vuelve una y otra vez: ¿macetas de tela o de plástico? Para responder sin vueltas, este artículo compara macetas tela vs plástico con criterios reales de cultivo: oxigenación, raíces, riego, temperatura del sustrato, durabilidad y logística. Además, vas a encontrar recomendaciones por clima, etapa y rutina, más enlaces útiles para seguir optimizando tu jardín.

Raíces primero: poda aérea o espiral

En macetas de tela, la pared porosa permite que la punta radicular toque el aire y se detenga. Ese “corte” fisiológico provoca poda aérea, con lo cual la raíz se ramifica y aumenta la superficie de absorción. Como resultado, la planta suele expresar un sistema radicular más denso y saludable. En plástico, en cambio, la pared lisa favorece la espiralización si pasamos el tiempo de trasplante. Aun así, con sustratos bien estructurados y cronograma de trasplantes, ese efecto se reduce notablemente.

Temperatura y microclima del sustrato

En días calurosos, la tela disipa mejor el exceso térmico; por lo tanto, el sustrato se calienta menos y la actividad enzimática se mantiene más estable. Así, disminuyen picos de estrés hídrico. Ahora bien, esa ventilación eleva la evaporación, de modo que habrá que regar con mayor frecuencia. Con plástico sucede algo distinto: retiene humedad, lo que ayuda cuando el ambiente es seco o cuando no podés regar cada día; sin embargo, puede acumular calor si recibe sol directo. En exteriores soleados, conviene optar por plástico claro o utilizar mulch para sombrear el sustrato.

Riego práctico sin dramas

Las macetas de tela “respiran” por los laterales y drenan rápido. En consecuencia, admiten riegos más generosos sin encharcar, siempre que la mezcla sea liviana. En plástico, la humedad permanece más tiempo y facilita el manejo a cultivadores con agenda ajustada. De todos modos, conviene evitar platos con agua estancada porque la anoxia basal predispone a patógenos como Pythium. Para ambos materiales, una regla simple funciona de maravillas: regar cuando el 30–40% superior se nota seco al tacto y la maceta pesa sensiblemente menos.

Oxigenación y vida microbiana

La microvida aeróbica agradece el extra de oxígeno de la tela. Por eso, insumos como micorrizas, Trichoderma y bacterias PGPR suelen rendir mejor. En plástico también podés lograr un ecosistema radicular potente si cuidas la estructura del sustrato (fibra de coco + perlita + humus) y mantenés una pauta de riego prolija. Además, un mulch orgánico (paja fina o corteza) conserva humedad y estabiliza temperatura en cualquier configuración.

Durabilidad, limpieza y sostenibilidad

La tela de buena calidad soporta varias temporadas si se lava con agua tibia y una pizca de peróxido al 3% o vinagre, y luego se esteriliza al sol. El plástico grueso resiste golpes y apilado durante años; no obstante, acumula sales si el agua es dura, por lo que conviene enjuagar y cepillar los bordes periódicamente. En términos ambientales, hay telas fabricadas con fibras recicladas y plásticos PP/HDPE reciclables; aun así, lo que más reduce la huella es prolongar la vida útil del contenedor que ya tenés.

Tamaño correcto según etapa y genética

Más allá del material, el volumen manda. Para vegetativo breve y genéticas compactas, 7–11 L rinden muy bien. Con crecimiento largo o exterior, subir a 20–30 L ofrece margen hídrico y térmico. En climas cálidos, la tela ayuda a disipar; en ambientes secos, el plástico permite espaciar riegos. Asimismo, recordá que el volumen final define la altura potencial y el tamaño de la raíz; por lo tanto, si buscás discreción, limitá litros y entrená la canopia.

Comodidad de uso y estabilidad

La tela suele venir con asas que facilitan movimientos cortos sin maltratar muñecas. Además, agarra mejor el suelo y reduce deslizamientos. Sin embargo, puede deformarse cuando el sustrato se seca demasiado. El plástico conserva su forma, acepta porta-macetas y elevadores con facilidad y soporta traslados frecuentes. Si tu espacio sufre ráfagas de viento, ambas opciones ganan estabilidad con bases amplias o lastre en la bandeja.

Tabla comparativa express

Aspecto Tela Plástico
Oxigenación Alta (poda aérea) Media (riesgo de espiral)
Temperatura Disipa calor más rápido Puede calentarse al sol
Frecuencia de riego Más frecuente Más espaciada
Riesgo de encharque Bajo Medio (ojo con el plato)
Durabilidad Alta si se lava bien Muy alta si es gruesa
Logística Asas cómodas Rígida y apilable
Huella Opciones recicladas PP/HDPE reciclable

¿Cuándo elegir tela y cuándo elegir plástico?

Si tu clima es cálido, regás a diario y priorizás raíces densas, la tela brilla por aireación y control térmico. En cambio, si necesitás espaciar riegos, tenés ambiente seco o movés las plantas de sala a sala, el plástico simplifica la rutina. Hay montajes híbridos que usan tela en floración y plástico para crecimiento o para plantas de soporte; esa combinación ofrece lo mejor de cada mundo.

Errores típicos (y cómo zafarlos)

Con tela, el desliz frecuente es subestimar la evaporación: ajustá calendario, usá mulch y valorá riegos automáticos por goteo. Con plástico, el tropiezo común es regar de más: elevá la maceta, verificá el escurrido y medí pH/EC de drenaje de vez en cuando. Además, rotar las macetas cada pocos días nivela la luz lateral y evita lados “perezosos”.

Checklist rápido antes de comprar

Definí el tamaño final de la planta, el clima de tu zona, tu tiempo disponible para regar y el presupuesto. Si vas por tela, buscá costuras firmes y asas reforzadas; si elegís plástico, preferí paredes gruesas y orificios amplios. En ambos casos, prepará la limpieza entre ciclos: vaciado, lavado, desinfección suave y secado total.

Recomendaciones prácticas según escenario

Para balcones soleados, la tela evita “sartenes” y mantiene el sustrato más fresco. Para cuartos con humedad baja, el plástico ayuda a que el agua dure un poco más. En cultivos intensivos, la tela con riego automatizado ofrece raíces muy activas; mientras tanto, en proyectos móviles o rotativos, el plástico resuelve mejor la logística. Como ves, macetas tela vs plástico no es blanco o negro: el contexto manda.

Enlaces útiles y próximos pasos

Si querés profundizar en sustratos y agua, pasá por:
calidad del agua,
uso de compost y
distancia de luces.
Además, para conceptos de suelo y estructura, este recurso general de FAO es claro:
FAO Suelos.

Una decisión chica que cambia todo

Elegir bien el contenedor parece menor, aunque impacta en raíces, riego y rendimiento. Si tu rutina admite riegos frecuentes y el calor aprieta, la tela es una aliada directa. Si preferís ritmo más tranquilo y traslados sencillos, el plástico se vuelve práctico. Probá en paralelo con dos plantas gemelas y medí lo que realmente pasa en tu espacio. Así, tu cultivo no depende de mitos sino de datos, y tus flores lo agradecen con vigor, aroma y consistencia.

Macetas tela vs plástico
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